miércoles, 24 de mayo de 2017

La ermita de San Sebastián (Órgiva)

La Ermita de San Sebastián. Elemento Cohesionador de la Sociedad de Orgiva en Época Moderna

 

Autores: Fran Puerta Berrio y Miguel Flor Moya



                                           https://youtu.be/UW2obJ19WQE   

Resumen:

La sociedad de Órgiva resultante de la sublevaciones y posterior expulsión de los moriscos fue muy heterogénea. Con Disparidades socieconómicas y a veces encontradas, necesitaban elementos cohesionadores. Estos elementos los aportó la religión y se materializó  en torno  al culto mariano y al culto de San Sebastian.

Referente a la figura de San Sebastián, la justifiación la encontramos en dos aspectos ideológicos que se entrecruza en torno a su figura : El primero como el simbolismo de su carácter guerrero que refleja la importancia de la lucha y  la victoria  contra el infiel y  el segundo  por su carácter antipestífero.

En ese momento se concretaron en Órgiva las construcciones de la Ermita de San Sebastián y de la Iglesia de Nuestra Señora de la Expectación . En este artículo los autores  nos centramos  en la Ermita de San Sebastin . Dejando para un proximo artiículo  la Iglesia de la Expectación. 


I.

Algunos autores citan sobre la cima de una pequeña colina – Donde actualmente se encuentra la ermita de San Sebastián, una fortaleza construida por los visigodos.

Los arabes no llegaron sobre un terristorio virgen sino  como apunta el autor  Simonet (1)  reseña en su obra  “Descripción del Reino cristiano” menciona el Castillo de Hisn Orgivá, sin referirse al núcleo de población determinado que llevase por nombre  la aludida fortaleza. . Como apunta el autor algunos autores árabes;  lo ubican en época visigoda.

Apunta que al pie de este castillo había un pequeño llano, conocido con el nombre de Albasatch de Orjiva. Cerca de esa llanura fundaron los árabes el lugar que hoy es la ciudad.

Con la llegada de los árabes hay que apuntar que posiblemente bien en los restos o bien aprovechándose la construcción puedo haber una rabita musulmana. Ya que era símbolo de la dominación no solo territorial sino también religiosa. El nombre de rábita se aplicó frecuentemente entre nosotros a otro tipo de edificios que albergaban instituciones algo semejantes: el ribat - pl. ribatat - y la zawiya - pl. zawaya -. Los primeros eran conventos fortificados que jalonaban costas y fronteras y habitaban musulmanes devotos dedicados a expediciones militares - la guerra santa - y a prácticas ascéticas; servían, al mismo tiempo, de puestos de vigilancia (2).

No debemos olvidar que el que la consagración de un espacio antes pagano o laico, era inherente al concepto de “propiedad” de la Iglesia. El uso de los espacios públicos anteriores ocupados por los vencidos que eran reconvertidos en construcciones religiosas o  los nuevos templos cristianos, quedaban revestidos de su carácter de “casa de Dios”, y por tanto bajo administración de la Iglesia(3) .

 La dinámica descrita  se va a perpetuar a lo largo de la Edad Moderna. Echevarría, al abordar el aspecto de este proceso de la conversión de mezquitas en iglesias, comienza señalando que (4):

Al plantearse la idea de “marcar el espacio, iglesias y espacio eclesiástico como reto ideológico”, una de las primeras cuestiones que se nos plantean es ¿qué puede marcar más el espacio que la transformación de los símbolos religiosos del enemigo, en este caso, la de los espacios sagrados musulmanes que se van conquistando al avanzar hacia el sur? Sobre esta transformación del espacio se va a construir la legitimidad política del tipo cuasi-nacionalista…………sobre todo al reino de Castilla, aunque en algunos momentos pueda aportar ejemplos de otros reinos peninsulares

Estos planteamientos son otro argumento a favor, según  Flor y Perea,   que el lugar donde se ubica actualmente la Ermita de San Sebastián en Órgiva  tienen los precedentes de  épocas anteriores tanto visogodas como la reutilización de este espacio durante la conquista musulmana.

Tampoco debemos olvidarnos de la ideóloga  subyacente desde la visión cristiana  de enlazar  la conquista cristiana con la legitimidad del reino visigodo. Ya que  a través de la ocupación de mezquitas y su transformación en iglesias, y de la construcción de nuevos lugares de culto, se está efectuando una redefinición del espacio, que es legitimada paralelamente a través de las fuentes escritas, que son las que crean el verdadero sentido de identificación con el pasado previo a la invasión musulmana (5).






                                                           II

En este punto es necesarios ubicarnos en el contexto histórico en que surge la Ermita. Con la conquista del reino nazarí se crearon «señoríos» que garantizaban una estructura militar y administrativa que facilitaban la labor de la corona. Los Reyes Católicos concedieron dos señoríos: uno a D. Luis Zapata Portocarrero –el más grande, aunque no el más rico, comprendía la mayor parte de la Contraviesa-, el otro a D. Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, primer duque de Sessa, al que concedieron el Señorío de Órgiva y el lugar de Busquístar.

 Otros cambios importantes fueron la radical renovación demográfica y la transformación del paisaje producida tanto por la nueva estructura de la propiedad como por los nuevos sistemas de cultivo.

Tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos (1492) la Alpujarra se convirtió en el último refugio de los moriscos, que soportaron condiciones de vida insostenibles, lo que les llevó a diversas rebeliones.
La guerra de los moriscos se desarrolló sobretodo en las Alpujarras, granadina y almeriense, en la Serranía de Ronda y en la Sierra de Bentomiz -parte de la Axarquía malagueña- es decir, afectó sólo al territorio del antiguo Reino de Granada. Hubo dos guerras: la primera se desarrolló entre los años 1499 y 1551. Se produjo por conflictos entre cristianos y mudéjares - que eran musulmanes dentro de territorio cristiano- Al final de la guerra los Reyes Católicos ofrecieron a los mudéjares dos opciones: o se marchaban fuera de España o se convertían al cristianismo. Y los moriscos son estos mudéjares conversos o los descendientes de ellos.
Además de las funestas consecuencias materiales de la revuelta, ésta acarreó una consecuencia jurídica importantísima, derivada del cambio de status jurídico-administrativo de los musulmanes al haberse rebelado contra la Corona y obligárseles a bautizarse y abrazar el cristianismo o marcharse a África. Muchos prefirieron la primera de las opciones y pasaron a ser “cristianos nuevos” o moriscos tras su bautismo, pero la gran mayoría no pasaron a ser nuevos cristianos pues siguieron practicando en la intimidad su religión y almacenando un odio hacia los cristianos viejos sobre todo a los eclesiásticos que les obligaban asistir a los actos religiosos. Todo este conflictividad acumulado estallará de nuevo en la Navidad de 1568 (6)
Segunda guerra: Es la más importante y la que se reconoce como la guerra de los moriscos. El viernes, víspera de la navidad de 1568 hay un levantamiento de los moriscos en las Alpujarras, granadina y almeriense, en la Serranía de Ronda y en la Sierra de Bentomiz -parte de la Axarquía malagueña-. Los moriscos de la Alpujarra envían una delegación de 200 monfíes*al Albaicín de Granada para animar a los moriscos de la capital granadina a unirse a ellos, sin conseguirlo.

*Mofies derivado de una palabra árabe que viene a significar «hombre desterrado». Ser desterrado supone ser expulsado de la tierra en la que resides, y es lo que pasaba precisamente a estos salteadores, que vivían al margen de la ley desde la conquista de las tierras donde vivían por los Reyes Católicos. Sin embargo, mientras los católicos los consideraban «fugitivos de la justicia», los historiadores musulmanes los distinguían como luchadores contra un enemigo opresor, ya ue sólo atacaban a cristianos. Asimismo, los monfíes servían como informadores a los piratas, y entre ambos colectivos existía una relación de apoyo mutuo. https://descubrirlahistoria.es/2015/06/el-bandolerismo-de-los-desterrados-los-monfies/


Se retiran a la Alpujarra y resisten mediante guerra de guerrillas el acoso de las tropas cristianas, al mando del marqués de Mondéjar, hasta que la presencia de Don Juan de Austria, hermanastro del Emperador, venido con tercios de Flandes les obliga a rendirse noviembre de 1570. Los moriscos alpujarreños nombraron a un jefe, Aben Humeya, la víspera de la Navidad de 1568 en Béznar, también llamado Don Fernando de Válor, a propuesta del otro jefe de la revuelta, Hernando el Zaguer. Aben Humeya, es traicionado  y  ajusticiado  por los suyos en el Laujar de Andarax y proclamado rey Aben Aboo poco antes de la rendición total de los moriscos. Después de la rendición de los moriscos se  produce un decreto de expulsión, hacia Castilla preferentemente.
Décadas después, entre 1609 y 1614, los moriscos son expulsados definitivamente de España hacia el Norte de África, aunque muchos se escondieron, se camuflaron entre la población cristiana, más por motivos económicos, ya que  no tenían dinero para poder irse, que por otra cosa. Se calcula que quedaron entre la población del reino de Granada unos diez o quince mil moriscos. (7).
Sofocada con la intervención de D. Juan de Austria, decretándose el 28 de Octubre de 1570 la Orden para la evacuación total de los moriscos de la Alpujarra. Su expulsión -unos 80.000 moriscos- y posterior repoblación con cristianos viejos -unos 35.000- produjo un gran cambio en la zona en todos los aspectos, fundamentalmente en el económico, pues supuso la ruina de la industria sedera al implantarse nuevos cultivos, a pesar de que Felipe Il autorizara la permanencia indefinida de campesinos, artesanos y tejedores moriscos entre los cristianos viejos para evitar la desaparición de dicha industria que tan importantes beneficios reportaba.

Terminadas la guerra de Las Alpujarras y de portados los Moriscos por toda Castilla, Felipe II ordenó repartir sus bienes a los pobladores venidos de todos los reinos de la Corona.

Las raíces del sentimiento religioso actual del pueblo en la Alpujarra, hay que buscarlas en la segunda repoblación del Reino de Granada, tras la derrota de los moriscos (1573) y la religiosidad de los nuevos pobladores de Galicia, León, Asturias y Castilla.  Muchos de éstos eran soldados de la guerra, e incluso algunos participantes de la batalla lepantina, constituyendo un “contingente militar” que generaría un vecindario de claros rasgos castrenses bastante proclive a una religiosidad indicativa (8)

 A partir de 1570 las villas granadinas reanudaron su vida, incluida la reliogisidad.

La nueva religiosidad se pefilo en 3 pilares (9) :

                        1-El dispar origen de los nuevos pobladores imposilitaba la uniformidad religiosa

                        2. La guerra abrió una nueva mentalidad
A partir de 1570 los repobladores llegados de todos los lugares de España constituyeron poco a poco nuevas comunidades que reproducían los arquetipos de procedencia, costumbres, lengua, tradiciones, y, cómo no, sus fiestas. La campaña militar desarrollada en las Alpujarras contra los moriscos fue la ocasión para que la recientísima comunidad de granadinos tiñera sus fiestas con un matiz especial impregnado de tonos paramilitares, reforzando así los ya existentes desde la Toma del Reino. El peculiar entramado de algunas festividades de los lugares recién repoblados se reforzó presentan algunas características comunes: el odio secular a todo lo musulmán, mezclado con ensalzamientos a las hazañas heroicas de la guerra, con el fin de protegerse contra un virtual ataque. En este sentido los mensajes más claros que se difunden (10):
A) Mantener alta la moral de la población, recordando la victoria sobre los enemigos, idea que reproducen las fiestas de la Victoria o las de Moros y Cristianos.
B) Fomentar una especie de guerra fría que advierte del incansable desvelo enemigo por conquistar España, toda vez que sólo espera el descuido para atacar. Este código aparece reflejado en gran medida en las comedias, autos, textos de Moros y Cristianos, y, en fin, en los teatros y representaciones populares.

                        3. Los supervivientes  a la matanza morisca que desarrollo su propia religiosidad, el                                 Culto del Martir.
El hecho que el martirial alpujarreño es instrumentalizado desde sus orígenes como medio de la propaganda contrarreformista desde la jerarquía eclesiástica granadina. Y fue utilizado como elemento de cohesión ideológica de una sociedad repoblada, necesitada de una mitología religiosa, que había quedado diluida en la dispar procedencia de los inmigrantes (11)
Descender de un mártir era elemento seguro de progreso y mejora social y económica.
Un cristiano originario que había sufrido el daño de la tortura y el inmenso dolor de la muerte de sus familiares,  no podía ser igual que el resto de los colonos repobladores por muy viejo cristianos que fueran y que ahora venían con sus manos limpias a tomar posesiones repartidas por la Corona (12)

Los nuevos pobladores con el hecho diferenciador de su diversidad geográfica y en consecuencia de su habla y costumbres, contaban con un elemento de cohesión como era el cristianismo. Con el paso del tiempo, la religiosidad alpujarreña irá tomando cuerpo local con el progresivo arraigamiento de los repobladores y, sobre todo, de sus descendientes que ya si sentirían “lo local” como propio y por lo tanto, con sentimientos de identidad hacia las señas culturales de cada localidad entre las cuales, las religiosas (los patronos y sus festejos conmemorativos) ocuparían en sus vidas un lugar destacado.


En estas poblaciones surgió la necesidad de la erección de santuarios  necesario como aglutinador  de las diferencias, culturales, económicos, sociales etc. donde dirimir las diferencia repobladoras (13).
En este contexto debemos ubicar el papel del culto mariano y de San Sebastián. Y su materialización en las construcciones en Órgiva de la iglesia de Nuesta Señora de la Expectación y de la Ermita de San Sebastián.










III

La Ermita dedicada a San Sebastián fue construida sobre las ruinas de un Castillo visigodo por Hisn Orgiva que había sido destruido a finales del siglo XIV, y se asienta sobre una colina. Se constityó canonicamente en 1591 por el arzobispo de Granada D. Pedro de Castro y Quiñones.

            Según algunos historiadores parece ser que el patronazgo del glorioso mártir San Sebastián sobre los cristianos de Órgiva se implantó con el respaldo canónico del arzobispado de Granada D. Pedro de Castro y Quiñones, a finales del siglo XVI, más concretamente en 1591 a raíz de una epidemia de peste bubónica que azotó la comarca y otras zonas, causando numerosas víctimas en Órgiva y otros lugares (14).

Esta aspecto se confirma con la epidemia se produjo en 1724 se produjo también con mucha virulencia esta contagiosa y mortal enfermedad; pero Órgiva y los lugares de sus cabeceras (Caratáunas, Soportújar y Cáñar) fueron preservados milagrosamente de su incidencia y de sus mortíferos efectos. Un hecho realmente insólito que provocó en los orgiveños y en los habitantes de los mencionados lugares, el fervoroso y unánime incremento de la devoción a San Sebastián, abogado contra la peste.

Este Santo es venerado como abogado de las pestes por la cristiandad.

Además  D. Juan de Austria se hace de San Sebastián  un gran devoto ya que  en el siglo XVI era un honor para un militar cristiano luchar contra los infieles y , a ser posible, morir en combate. Así los núcleos de población que eran conquistados por sus tropas estaban acogidos a su patronazgo

En este punto  nos es imprescindible indagar sobre su figura. De San Sebastián conocemos que era un soldado milanés de guarnición en Roma y que fue mártir por no reconocer la divinidad que el emperador Diocleciano (284-305) quería atribuirse para obtener una unidad política en el Imperio Romano. Se conoce el sepulcro donde fue enterrado; en la  Vía  Appia, que fue catacumba de los primeros cristianos. Ha sido venerado como Santo desde la antigüedad y el Papa Cayo le otorgó el título de defensor de la Iglesia. Iconográficamente se le representa ya desde la antigüedad: atado a un tronco de árbol y atravesado su cuerpo por flechas.

Helena Carvajal (15) nos propone a partir de  estudios de diversos autores  unas sugerentes interpretaciones:

-         Una relación innegable entre el tema del martirio de San Sebastián  y la flagelación de Cristo atado a la columna.
-          Cuando se emplean tres flechas son símbolo de los clavos de Cristo, mientras que si son cinco se relacionarían con las llagas del cuerpo de Jesús

Siguiendo las aportaciones de Carvajal González: La iconografía de San Sebastián  ha sufrido diversas interpretaciones a lo largo de la historia. Las imágenes medievales suelen representar  al santo como un hombre de mayor edad, dado su rango  militar.



El Renacimiento  cambia la concepción sobre el cuerpo humano. El cuerpo deja de ser una cárcel y se convierte en el espejo del alma. «A partir del Renacimiento, cuánto más bello es el cuerpo, más bella es el alma. Hay un paso desde las teorías aristotélicas a las teorías platónicas. De la Edad Media al Renacimiento y el cuerpo se empieza a ver como algo positivo, no como algo que solo produce enfermedad, muerte y pecado». Renacimiento popularizó la imagen de San Sebastián como un efebo desnudo –a excepción de un paño de pureza–Obviamente esta imagen es la que más se utiliza en el esta etapa por su carácter guerrero y de mártir.

http://donostiando.blogspot.com.es/2014/03/la-peste-y-la-devocion-san-sebastian.html



D. Juan de  Austria es encargado por el monarca Felipe II para sofocar la rebelión de los moriscos del Reino de Granada en 1569. Es como él militar y defensor de la fe; San Sebastián, y D. Juan de Austria hace del segundo un gran devoto; en el siglo XVI era un honor para un militar cristiano luchar contra los infieles y, a ser posible, morir en combate. Así los núcleos de población que eran conquistados por sus tropas estaban acogidos a su patronazgo

Hasta la llegada del racionalismo del siglo XVII que empezó a buscar explicaciones a través de la razón y la experiencia, las epidemias y otras calamidades se pensaba que era fruto de una ofensa a Dios ( y épocas anteriores a los dioses) o un error en el culto.

Esto explica que el desconocimiento de muchos aspectos científicos de las enfermedades hacía que las epidemias fuesen vistas como fenómenos caprichosos, fulminantes y mortíferos. La naturaleza de la peste era como el disparo de una flecha, por eso la sociedad buscó la intercesión de un santo que hubiese sido martirizado con flechas.
Su gran importancia en la Edad Media radica en que, por su primer martirio, se le  consideró uno de los principales protectores contra la peste, enfermedad que tradicionalmente se relacionaba con una lluvia de saetas (16)

                                     ‘La epidemia’, de Lucas Cranach el Viejo.http://caocultura.com/el-cuarto-jinete-del-apocalipsis-i



A finales de la Edad Media surgió un  tipo de representación de San Sebastián similar a las de las vírgenes de la Misericordia, en las que el santo protege con su manto a los devotos de las flechas de la peste (17) (Helena Carvajal). San Sebastián sobrevivió a la lluvia de flechas, y es eso lo que va a otorgarle a ojos de los hombres un poder taumatúrgico frente a la peste. Va a ser precisamente a finales de la Edad Media, después de aparecer la Peste Negra, no antes, cuando empezamos a encontrarnos con representaciones de San Sebastián similares a las de una Virgen de la Misericordia, como en el fresco pintado por Benozzo Gozzoli en San Gimignano, en la que vemos a San Sebastián protege a los fieles (1464). 

San Sebastián protege a los fieles’, de Benozzo Gozzoli. http://caocultura.com/el-cuarto-jinete-del-apocalipsis-i/

A este motivo  es una de las principales causas que hicieron de la devoción a San Sebastián una de las más ubicuas de la Edad Media fue su capacidad antipestífera. Numerosos estudios coinciden en señalar que el origen de dicha devoción se debe a la creencia antigua que relacionaba las epidemias de peste, plaga que de forma cíclica diezmó la población europea, con flechas lanzadas por la divinidad.

Las flechas lanzadas por la divinidad  ya se encuentran en la Ilíada y en la tradición Hebrea(18):
Apolo desencadena la plaga lanzando flechas:
“...Y disparó Apolo el mortífero dardo infestando con la peste a los combatientes; de tal suerte que constantemente se veían humear las hogueras donde se incineraban los cadáveres de los apestados” (Homero, Ilíada, Canto 10).



También en la tradición hebrea el castigo divino se relaciona con las flechas:
“Dios es un Juez justo y puede irritarse en cualquier momento. Si no se convierten, afilará la espada, tenderá su arco y apuntará; preparará sus armas mortíferas, dispondrá sus flechas incendiarias” (Sal 7, 12-14).

“Pero Dios los acribilla a flechazos y quedan heridos de improviso” (Sal 64, 8).

Es curioso señalar que aún hoy muchas tradiciones populares mantienen en el culto a San Sebastián hogueras purificadoras que los investigadores han relacionado con la enfermedad de la peste  y el patronazgo del santo.

Esto explica por un lado la visión de San Sebastián como guerrero para luchar contra el infiel y su carácter protector contra la peste. Pero además por su carácter de mártir. Esto último tan arraigado en las Alpujarras después de la Segunda revuelta, como ya hemos comentado anteriormente .


No conocemos referencias documentales sobre ésta, aunque algunos autores remontan su origen al siglo XVI. Se construyó en honor del patrón de Órgiva por encargo de D. Pedro de Castro y Quiñones, arzobispo de Granada.



                                               IV

En 1591, como ya hemos señalado anteriormente, se construyo la ermita de San Sebastián a la que se le dedicó. Como símbolo de la fortaleza de los  de los cristianos. Se construyó de forma austera propio de este tipo de construcciones y que recuerda a las rábitas musulmanas y también en consonancia con la austeridad del momento: el estilo herreriano.

La ermita de San Sebastián fundamenta en aspectos ideológico, ya explicados:

1)       Dedicada al santo de las epidemias de peste. Además  existen una retahíla de leyendas en torno al santo como la que reproducimos proveniente de la Vox Populi:
Ocurrió una vez que una tremenda riada amenazaba con asolar el pueblo pero alguien empujó una gran piedra al río y desvió el curso de las aguas, evitando lo peor. Cuando la gente corrió a la ermita a dar gracias al santo, vieron que los pies de la imagen estaban manchados de barro”, Vox populi

2)      El aspecto guerrero contra el infiel

La Ermita de San Sebastián se encuadra dentro de un tipo de edificio religioso, presente en casi todos los pueblos, habiendo en algunos más de una, como son las Ermitas. Muchas de ellas datan del siglo XVI y su estructura es muy similar: planta aproximadamente cuadrada y cubierta con cúpula. Recuerdan las antiguas «rábitas» musulmanas. (En época musulmana se contaban por decenas en cada «taha»). Gran simplicidad de formas: espacios cuadrados, cubierta con techo plano. Podrían ser algunas reutilizaciones de estas antiguas rábitas como sucede en Granada con la «Ermita de San Sebastián» (19)

La ermita es de planta central, cubierta por una bóveda ciega y distintas capillas adosadas a la cabecera. El exterior aparece encalado y se cubre con un tejado.

Utilizando las categorías utilizaremos las de Wofflin:

Es de perfiles limpios en sus contornos por lo que predomino lo lineal. Además el tratamiento detallado de cada parte nos hable de la autonomía e importancia de cada una de sus  partes que configuran la ermita, de ahí  caracteres  múltiples ya que resalta la autonomía de sus partes.

La relación de su parte externo e interna nos habla de su claridad absoluta.

Además  su concepción espacial es mesurable por los sentidos propios de la época.

Referente a  su simbolismo destacamos  la unión de lo terrenal (lo cuadrado) con lo divino (la cúpula).

-La escultura más destacada es como no podía ser de otra manera, la de San Sebastián.  Talla en madera muy apta para trasmitir el sentimiento religioso y llegar de forma sensitiva al  pueblo.

ww.foro-ciudad.com/granada/orgiva/fotos/682-san-sebastian.html

  
Epílogo

A finales del siglo XVII había dos ermitas en Órgiva, una dentro del pueblo con la advocación de Nuestra Señora de la Aurora, de donde salía el Rosario, y otra dedicada al patrono, San Sebastián, en la parte alta, a donde tornaban y retornaban todas las procesiones que salían de la parroquia. A mediados del siglo XIX, los escritores mencionaban la ermita de San Sebastián, de las ermitas arruinadas de las Ánimas y de San Cayetano y de dos oratorios particulares. Las ermitas de la Aurora y de las Ánimas ya mencionadas, quedaron en ruinas, por lo que sus solares los vendieron en el año 1948 a José Rodríguez Manrique y a Juan Quiles Rubio, respectivamente. Subsiste la ermita de San Sebastián y se ha edificado otra en Las Barreras. (21)



                                                           NOTAS

1.- Simonet, F.J.(1872): Descripción del Reino de Granada sacada de los autores arábigos   Imprenta y Librería de Reyes y Hermano, 1872. Granada.
                                                                
2.- apunte ideado por analogía por nosotros para nuestra línea investigativa

3.-Ángela Sánchez López, Enrique Infante Limón, Antonio Valiente Romero(2012) : La ermita de Santa Eufemia (Cástulo), un caso de experiencia tutelar del patrimonio arqueológico a mediados del      siglo XVIII. Arqueología y Territorio Medieval 19, 2012. pp. 147-166

4.- Echevarría Arsuaga, Ana (2003): “La transformación del espacio islámico (siglos XI-XIII)”, en Annexes des Cahiers de linguistique et de civilisation hispaniques médiévales. Vol. 15. Lyon, Séminaire d’Études Médiévales Hispaniques, pp. 53-77 citado por por Sánchez López y otro. Obra            ya citada.

5.-Echevarria Arsuga, Ana (20013:9 obra ya citada

6.- Juan Pedro Vázquez Guzmán (2014): La Alpujarra: cinco siglos de religiosidad. En La Religiosidad Popular y Almería. VI Jornadas. Colección: Etnografía y Cultura Popular, nº 18.  Pag 103-127


8.- Valeriano Sánchez Ramos(2014): Devoción rosariana en el sureste andaluz. Una religiosidad en torno a moriscos, turcos y repobladores durante el antiguo régimen.  Pag. 19-67. En La Religiosidad Popular y Almería. VI Jornadas . Colección: Etnografía y Cultura Popular, nº 18.  Pag 103-127


9.- Valeriano Sánchez Ramos (1997). El control de los Divino. El Patronato Municipal En los Santuarios de la Alujara Almeriense Estudios. Dialnet.

10.- Valeriano Sánchez Ramos (2010): Toros y frontera en la costa del reino de granada a mediados del siglo XVII: el caso de Berja (Almería). Revista de Estudios Taurinos N.º 28, Sevilla, 2010, págs. 53-79


11. Manuel Barrio Aguilera y Valeriano Sánchez Ramos: El Legado Martirial en la Estructuración de la Sociedad Repobladora de las Alpujarras. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2243689.pdf

12.-Barrios  Aguileros y Sánchez Ramos obra ya citadas.

13.- Valeriano Sánchez Ramos (1997 ). El control de los Divino. Obra ya citada

14.- Antonio Álvarez Pérez (2015): santo Mártires de las Tahas y Pueblos de la Alpujarra de Granada. Editorial Punto Rojo Libros. Granada

15.-Helena Carvajal González (2015): San Sebastián, Mártir y Protector Contra la peste. Revista Digital de Iconografía Medieval, vol. VII, nº 13, 2015, pp. 55-65.

16:- Carvajal González (2015): Obra ya citada

17.- Carvajal González (2015): Obra ya citada

18.- Carvajal González (2015): Obra ya citada

19.- El Patrimonio Histórico de La Alpujarra Granadina Gabinete Pedagógico de Bellas Artes. Granada Cuaderno Didáctico  Información General

20.-Heinrich Wolfflin (2011). Conceptos fundamentales  de la Historia del Arte. ed. S.L.U. Espasa libros

 

21.- Antonio Álvarez Pérez (2015): Obra ya citada